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Nemini parco

Estas palabras tan definitivas, tan macabras, encabezan la piedra situada en el muro del actual cementerio, junto con una sentencia admonitoria de origen medieval y una fecha, 1833, año en el que, al parecer, se procedió a la construcción del cementerio viejo, junto a la ermita de Jesús.

Nemini parco… esta máxima latina adornaba en la iconografía medieval la guadaña que solía portar la Muerte. Su interpretación no deja lugar a ninguna duda, todos debemos pasar por el trance.

Su origen se encuentra en la literatura medieval, en las obras dedicadas al arte del “buen morir”, y su primera aparición publicada está datada en 1491, en la obra “Cordial de las cuatro postrimeras”, un anónimo traducido por Gonzalo García de Santa María e impreso en Zaragoza. Al parecer, esta obra incluye una xilografía en la que se representa la muerte bajo el texto “Nemini parco qui vivit in orbe” (lo que más o menos viene a significar “no perdono a ninguno de los que viene en el mundo”).

Esta alegre sentencia se mantiene viva en las Dansa de la Mort que cada Jueves Santo se celebra en la localidad gerundense de Verges, el último de los vestigios de una tradición medieval muy extendida por toda Europa.

Tampoco resulta demasiado graciosa la parte de la inscripción escrita en romance:

Como te ves yo me vi, como me ves te verás.

Rogarás a Dios por mi y en el cielo lo hallarás.

Su raíces también se remontan al medievo, en este caso a otra de las grandes alegorías medievales en torno a la muerte: el encuentro de tres jóvenes lozanos (o tres hombre poderosos) que se encuentran repentinamente con otros tantos muertos revividos (sus propios cadáveres, según algunas versiones) y que les sueltan la admonición de marras: “tu fui, ergo eris” (lo que soy, tu serás… dicho en latín suena bastante más chungo). Evidentemente, los tres vivos se tomaron la vida mucho más en serio a partir de entonces.

Por si no faltarán referencias, en la piedra también aparece la figura del pez, el ichtus, que se remonta a los primeros años de la era cristiana, cuando se utilizaba secretamente como símbolo de reconocimiento entre cristianos, y la Cruz del Calvario, un tipo de cruz muy utilizado en heráldica y monumentos fúnebres y con la que se recuerda el Golgota.

(PD: tanto la Cruz del Calvario, y su curiosa proliferación en Milmarcos, como la a construcción del cementerio y sus avatares, requieren sus respectivas entradas… otro día).

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